miércoles, 12 de marzo de 2014

Rodeando el pantano de Arlanzón

Otro día mas que me enfundo en las botas para disfrutar de la montaña de una manera totalmente distinta a la que estoy acostumbrado. y es que el día nuevamente se ha levantado nublado y amenazando agua. En esta ocasión la idea principal es visitar el primer pantano que recoge las aguas del río que baña la capital burgalesa y que recibe el mismo nombre que el de dicho río. Así que me pongo en marcha hasta que llego a el comienzo de la presa donde estaciono mi vehículo y me pongo en marcha.
Voy caminando por la presa hasta que llego casi al final donde se oyen las aguas caer por el aliviadero del pantano. Esta a rebosar y tira agua con mucha fuerza. hago unas fotos desde arriba por ambos lados de la pasarela y me pongo a descender con mucho cuidado hasta la parte de abajo del sobrante donde las imágenes son muy distintas que desde arriba. Una vez aquí y tras varias fotos me aventuro en subir al pinar que tengo a mis espaldas para ver con mis ojos otra panorámica. Las vistas desde aquí son muy buenas, aunque la subida está mal para acceder hasta aquí ha merecido la pena. Pronto me pongo en camino para volver a descender siguiendo mis pasos y comenzar a subir de nuevo hasta la pasarela del pantano.
Una vez aquí, decido sin pensarlo ponerme en camino y llegar a la vía verde de la demanda, ya que tan solo me separan unos cuantos metros. Desde aquí y sin pensar mucho me pongo andar en dirección Pineda de la Sierra. Hay mucha humedad, pero el olor y la tranquilidad que se respira es embriagadora. De vez en cuando escucho el sonido de las aguas bajar por un torrente improvisado el cual veo que el agua viene de las mismas entrañas de la montaña y es canalizado por una acequia la cual se esconde debajo de mis pies y va a dar todo al pantano que tengo a mi izquierda. Sigo mi camino sin saber exactamente hasta donde decidiré dar la vuelta. Voy comprobando que el nivel de agua está al máximo y la visión que me da es muy distinta a la que me ofrece en verano. Voy haciendo fotografías y así llego hasta el puente metálico que hay que cruzar. Mi camino continua y ya tengo pensado donde volverme hacia mi punto de partida. A falta de unos 2 kms antes de llegar a Pineda, hay un camino a la izquierda que pasa por un campo de fútbol y llega así a una área de enseñanza sobre el río Arlanzón.
Desde este punto hasta que llego a mi vehículo me toca patear sobre asfalto. Poca circulación y la que viene hay que extremar el cuidado que la calzada es estrecha y la distancia de seguridad es mínima. En mi camino me voy dando cuenta de que la perspectiva que tengo al ir andando no tiene nada que ver de cuando vengo por aquí en coche o con la bici. El entorno se disfruta y contemplas con detenimiento las cosas que no te percatas cuando vienes de otra manera. Voy serpenteando como lo hace la carretera y a falta de un kilómetros se me echó a llover y con bastante fuerza, pero esta lluvia no hizo que dejara de disfrutar en ningún momento.

Fecha:  2 de Marzo de 2014.
Distancia:  16 km.
Tiempo empleado:  3, 44 min. (incluye paradas).
Dificultad física:  Media.

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ÁLBUM DE FOTOS.








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